9788466324137
Mañana no será lo que Dios quiera
Luis Garcia Montero
Editorial: Punto de Lectura Fecha de publicación: 05/05/2010 Páginas: 432Formato: Rústica
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Navidad. Adán está de mudanza. Deja el piso paterno, lleno de recuerdos y añoranzas, y se embarca con sus muebles, sus objetos y su biblioteca hacia un nuevo hogar. Abandona su Edén particular dispuesto a crear uno nuevo, donde los libros sean de nuevo los habitantes silenciosos de las estanterías.
"Entre el XX y el XXI. Antología poética andaluza (I) y (II)" es una obra esencial que reúne una floresta de los poetas andaluces que", a criterio del antólogo, son significativos en el panorama actual de la poesía que se escribe entre dos siglos. Cada español tiene una antología en su mente y también cada crítico. Como propuesta libérrima ha rehuido de las capillas literarias e intenta ser integradora de una amplia realidad nacional. Los escritores seleccionados tienen una obra extensa y contrastada, formando parte, en algunos casos, de una nómina restringida de la poesía española contemporánea. En el primer volumen puede encontrar el lector escritores tan conocidos como ANA ROSSETTI, BENÍTEZ REYES, JUANA CASTRO, RAFAEL DE CÓZAR, MANUEL GAHETE, ANTONIO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ,ROSA DÍAZ, JOSÉ LUPIÁÑEZ, MANUEL MOYA," JUAN JOSÉ TELLEZ. Seguido de un segundo volumen con el que el lector podrá deleitarse en la lírica de otros grandes escritores andaluces de nuestro tiempo. Entre el XX y el XXI. Antología poética andaluza es una obra necesaria que reúne la mejor poesía del momento en Andalucía.""
Si algo tienen en común la obra de grandes poetas contemporáneos como Eliot, García Lorca, Alberti, Cernuda o Neruda es su escisión entre un acercamiento a las verdades colectivas y su atracción por el ensimismamiento individual. Todos ellos, grandes poetas contemporáneos, han sentido con frecuencia el impulso de ser expresión de una identidad o de saberse vinculados a una verdad colectiva.
Sin embargo, como la experiencia poética se teje con la desilusión, los poetas descubren que, después de todos sus vuelos y sus melancolías, son únicamente los dueños del vacío. Federico García Lorca, acosado por las heridas ideológicas y por las contradicciones del sujeto moderno, intentó refugiarse en el recuerdo de la pureza infantil. Luis Cernuda advirtió que hay que cuidarse de las utopías, porque se hacen realidad y nos queman las manos. Y el propio Pablo Neruda elaboró una Elegía para despedirse de la inocencia de sus propios sueños. Tal vez los poetas no nos den la respuesta, pero son una buena compañía en momentos de perplejidad y aturdimiento. De ellos podemos aprender su esfuerzo por delimitar una frontera entre la intimidad y los vínculos, ese lugar intermedio, fronterizo, llamado conciencia.
Esta reflexión, con sus muchos matices, es la que va jalonando el análisis de Los dueños del vacío. Reflexiones sobre la identidad y los vínculos, una aproximación originalísima y apasionante a la obra de grandes nombres de la poesía moderna.